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Leyendo a la sombra

Historia y discurso en la narrativa de Javier Marías

Baile y sueño (2004), la última novela de Javier Marías, es la segunda parte de la trilogía Tu rostro mañana, iniciada en 2002 con Fiebre y lanza.
Las novelas de Marías se están convirtiendo en novelas para adictos, pues están bastante alejadas del canon (comercial) que se estila últimamente por estos pagos. Cuando digo adictos quiero decir, por una parte, adictos al escritor y, por otra, a la literatura. Esta última afirmación puede parecer una exageración, pero conectada con la anterior, con la que acaba formando inevitablemente cuerpo, nos puede ayudar a entender una de las trayectorias más originales del actual panorama narrativo, bastante gris, por cierto, en términos generales.
Reflexionaba recientemente (3/6/2005) sobre esas novelas que son un mero divertimento (Obra artística o literaria de carácter ligero, cuyo fin es solo divertir, RAE) y sobre esos lectores poco exigentes que vienen a dar por “buena” casi cualquier cosa. En este sentido, creo que se viene imponiendo entre la generalidad de los lectores un tipo de novela en la que se da primacía absoluta a la historia, es decir, a lo que en ellas se cuenta o narra. Esto puede parecer una contradicción, pues eso es lo que hace toda novela: contar una historia. Bien, pero no sólo se trata de contar una historia, puesto que esta debe articularse lingüísticamente de una determinada manera, es decir, sustentarse en un soporte, el discurso. Discurso que puede conferir al texto su carácter de “literaturidad”, aquello por lo cual lo consideramos literario. Pero si el destinatario del texto, el lector, solo confiere categoría a la historia, el discurso se irá relegando a un plano secundario en el conjunto de intereses de dicho lector. La historia, lo que se cuenta, entonces, cobra valor por sí misma, independientemente del modo en que se cuente, el cómo.
Podríamos, en otro orden de cosas, hacer extensible también el comentario al cine: El espectador sólo consume una historia sujeta a ciertos patrones cada vez más previsibles, desentendiéndose de la forma en que esta se cuenta, el discurso cinematográfico se convierte en una simple y anodina sucesión de planos.
Tradicionalmente se viene afirmando que la literatura es la unión solidaria de dos planos: el del contenido (la historia), y el de la expresión (el discurso). En el caso de la narrativa de Javier Marías podemos observar cómo se ha ido produciendo un gradual desplazamiento del foco de interés autorial hacia el discurso, sin que esto necesariamente suponga relegar a un segundo plano la historia. Ésta, entonces, se pone en el texto al servicio de aquel y el resultado es una novela en la que la digresión cobra carta de naturaleza y el discurso se sitúa en un primer plano. Estamos en un territorio híbrido, en el que no se sabe bien cuánto hay de novela y cuánto de ensayo.
Aviso para navegantes: aquí no hay falso retoricismo, prosa leprosa, como dice Andrés Ibáñez. Lo que hay es un texto exigente para lectores exigentes, una novela reflexiva que hace reflexionar al lector. Novela para adictos, como decía más arriba, en la que el discurso se incorpora a la historia y hace del texto algo valioso, tanto por lo que en él se cuenta como por la manera de hacerlo.
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PS: ¿Saben a qué novela recientemente publicada se está refiriendo Andrés Ibáñez en su artículo?

3 comentarios

Palimp -

Cuando la lea pondré la correspondiente reseña, como siempre. No se cuando será porque hay fila; de libros por leer y de reseñas por colgar.
Soy capaz de ignorar una prosa mediocre si la historia que me cuentan merece la pena.

El lector a la sombra -

Totalmente de acuerdo en que es un buen escritor.
Ya me dirás qué tal la novela, si te parece "prosa leprosa", o no...

Palimp -

De Marías podríamos discutir mucho. Sigo pensando que su mejor baza son sus historias y sus personajes, más que su prosa. Reconozco también que cada vez se acerca más a su maestro, y que escribe ahora mejor que antes -siempre ha sido buen escritor, pero no me atrevería a llamarlo brillante-.

La novela a la que alude Andrés la tengo recién comprada y a la vista, encima de tu recomendación 'Trayecto' y el último número de archipiélago. Una novela que también está a la sombra.