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Leyendo a la sombra

Madrid 2012 (II)

Madrid 2012 (II) Despejada la incógnita, el líquido viscoso caliente y húmedo del fracaso y el desamparo comienza a instalarse en las zanjas de las obras de este Madrid agostado por los rigores del mes de julio. Se pega a las paredes, amortiguando los sonidos de la ciudad, de tal modo que el anterior bullicio apenas es ahora un oscuro rumor ahogado por el ruido sempiterno del tráfico de calles y avenidas.
Madrid es en este verano una ciudad que no tiene reparo en mostrar sus intestinos a una ciudadanía paciente y misericordiosa, en esa suerte de exhibicionismo impúdico que son las múltiples obras con las que el Ayuntamiento tiene a bien recordarnos el poder omnímodo de las excavadoras: el gran monstruo enseña sus tripas.
Si el ladrillo, y por ende la construcción, representan una parte de nuestra economía, tanto la flotante y boyante como la sumergida y también boyante, la pregunta que flota en el aire es: ¿qué dirá ahora el trust de la construcción ante este fiasco? ¿Dónde estará ahora el gran negocio? Observen las caras de los mandamases del cemento, como Florentino Pérez, ¿por qué no dejan de sonreír?
Estas y otras preguntas me empiezan a calentar la cabeza. No me quedará más remedio que seguir a la sombra, eso sí: leyendo, y para no despistarme demasiado me llevo mi relojito de sol de pulsera. Claro que para saber la hora tendré que abandonar la umbría. ¡¡Uf, qué pereza!!

1 comentario

Meritxellgris -

Sí, debe ser agobiante vivir entre obras continuas. Pero tú no desesperes, la lectura es un buen refugio y deja de pensar en ellas. Como me dicen a mí permanentemente "paciencia".

Un abrazo.