Larga vida al libro
Sí, larga vida al libro. Y más en estos momentos en los que no faltan los agoreros de turno que pronostican que los nuevos soportes digitales acabarán con el libro tradicional. No lo creo. Y no lo creo porque estoy con Umberto Eco: hay objetos perfectos desde el momento mismo de su invención: la rueda, la cuchara, el libro...
Y el libro es un objeto perfecto. Convivirá tranquilamente con otros soportes, perderá terreno, pero no sucumbirá. Es más, me atrevería a decir que tal vez sea el único soporte con totales garantías de supervivencia. Dentro de cientos de años tal vez la información almacenada en formatos actuales no sea legible, como sucede ya con el video Beta, o VHS; quizás los CD o DVD de ahora sólo sean un inútil disco brillante de plástico, quizás ni eso: discos mates. Pero ahora podemos leer libros escritos centenarios. Ahí están, y ahí seguirán estando con otros muchos. Tal vez cambie la lectura, pero no cambiará el libro.
Y no sigo. Si lo hiciera, sus ojos podrían terminar como pelotas de golf. Pero abran las páginas de un libro y deslícense por sus palabras. Horas de placer garantizado. Déjate abrazar por las palabras, déjate acariciar por la lectura.
2 comentarios
La lectora -
Anduve pasando por tu blog y creo que, tal vez, se llevaría bien con el mío, en el cuál no hay sombra pero sí una lectora.
Saludos!
Elena -
Un abrazo