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Leyendo a la sombra

Bernahrd Schlink, El lector

Bernahrd Schlink es un conocido escritor alemán de novelas policíacas de gran éxito, y que publicó hace unos años un libro de cuentos que contó con el reconocimiento de la crítica: Amores en fuga (Anagrama 2002), del que el lector interesado puede leer en Internet el primer relato, La niña de la lagartija.
Pero hoy vamos a comentar una novela, su primera novela fuera del género policiaco, El lector (Anagrama, 1997), y cuya lectura me parece bastante interesante pues aborda de una manera un tanto original uno de los problemas de la sociedad alemana de posguerra, el de la culpa por las atrocidades cometidas por los nazis y la pasividad de gran parte de esa sociedad ante lo que estaba sucediendo.
Es éste un tema que recientemente ha empezado a interesar en España, y que creo que, en parte, ha contribuido a la revisión que se está haciendo de ciertos aspectos de nuestra guerra civil, la posguerra y el franquismo, como dan cuenta los abundantes títulos que tanto en novela, como en historia y ensayo se han publicado sobre este aspecto de nuestra historia reciente; la bibliografía no hace sino aumentar cada año, y aspectos como los presos y las prisiones, las represalias, los juicios y consejos de guerra, etc., se tratan en libros cada vez más necesarios.
El lector está narrada en primera persona por un narrador que relata un suceso que le aconteció cuando contaba quince años y que de alguna manera le marcará y le afectará en su forma de pensar como adulto. Ese suceso está presente desde el principio de la novela, pero el lector de la misma no conocerá su auténtica dimensión prácticamente hasta el final (tal vez aquí podamos encontrar una influencia de la novela de género que el autor practica con tan buenos resultados). En el capítulo 9 se dice: “¿Por qué me pongo tan triste cuando pienso en aquellos días? ¿Será que añoro la felicidad pasada? [...] ¿Por qué lo que fue hermoso, cuando miramos atrás, se nos vuelve quebradizo al saber que ocultaba verdades amargas? ¿Por qué se oscurece el recuerdo de unos años felices de matrimonio cuando nos enteramos de que el otro tuvo un amante durante todo ese tiempo?” La mirada retrospectiva organiza el relato y le da sentido.
El tiempo evocado se sitúa, aproximadamente, en los años cincuenta, en Alemania Occidental. En esa época, un muchacho de quince años conoce a Hanna, una mujer ya madura, de unos treinta y seis años. El adolescente y la mujer entablan una relación amorosa, y eso es básicamente la novela, una historia de amor, pero hay algo en esa mujer que hará que la historia dé un giro inesperado.
El lector es, como digo, una original historia de amor que tiene como trasfondo la negrura del nazismo. A eso me refería cuando decía que la novela trataba de la actuación de los alemanes ante el nazismo, del sentido de la culpa, y es una reflexión sobre ciertos comportamientos y el sentido de la justicia. Es, en suma, una manera distinta de acercarse al conocimiento de esos aspectos, una manera literaria, no lo olvidemos, pero que resulta válida y puede funcionar perfectamente como complemento a los ensayos históricos.
En lo que conozco, tal vez el mejor escritor alemán que ha escrito sobre los rastros de la guerra en la sociedad alemana, una sociedad que no puede olvidar del todo y a la vez quiere redimirse y expiar sus culpas, sea Wolfgang Koeppen, con la trilogía constituida por Palomas en la hierba, El invernadero y Muerte en Roma, auténticas obras maestras. Pero como una primera aproximación literaria a este tema recomiendo la lectura de El lector, de Bernahrd Schlink.

3 comentarios

carmen Planchuelo -

Me ha parecido conmovedora y y nada maniquea. Salvando las distancias, que son muchas, tiene algo en comun con la novela La ciudad de arena (2009) de Pedro Corral y tambien con la Suite francesa

Anónimo -

No es una novela excesivamente larga, y además es fácil de leer. Es cuestión de ponerse.

Portorosa -

Muy interesantes, tus consejos. Lo que falta es tiempo, ¡tiempo!, ¿verdad?

Un saludo.