Lecturas para minutos
Parafraseo el título de un libro de Hermann Hesse, en el que se recogen los pensamientos dispersos en su obra, para recomendarles la lectura en la distancia corta, en apenas unos minutos; la lectura de breves textos, no exentos, sin embargo, de profundidad y complejidad intelectual. Es decir, textos mínimos cuya lectura e interpretación nos pueden conducir a lo máximo, a un alto nivel de especulación. Y todo ello, repito, en apenas unas líneas y unos minutos, aunque el sedimento que dejan en el lector pueda prolongarse horas e incluso días.
Aquí el lector no se enfrenta, como sucede con lecturas de larga distancia, a un proceso temporal en el que, en determinadas secuencias, vamos procesando una gran cantidad de información acumulada en el proceso lector, caso de la novela o el ensayo. Esta clase de textos está más próxima a los esquemas de la lírica, dada la asociación entre intensidad y brevedad, en algunos casos, incluso, de alto contenido emocional formulado en un complejo esquema intelectual que el lector debe procesar hasta alcanzar el nivel de pensamiento del autor, por lo que también participan de las características especulativas propias del ensayo.
Estos microtextos, a los que podemos llamar también aforismos, o, si lo prefieren textículos, empleando una expresión menos convencional con cierta carga humorística, no exigen del lector una lectura secuenciada en las coordenadas del espacio libro, pues no hay implícito un orden de lectura como tal, en principio, aunque todos ellos vengan a conformar, en un orden superior, una cierta visión del pensamiento del escritor.
La lectura de libros como los que les cito más abajo puede deparar al lector auténticos minutos de reflexión, emoción, felicidad o inquietud. Mucho para los tiempos que corren.
Y si empezábamos con Hermann Hesse, terminemos con un pensamiento suyo: La lectura disipada e irreflexiva es como un paseo por un paisaje hermoso con los ojos vendados.
Quitémonos la venda y paseemos por estos paisajes
.
Hermann Hesse, Lecturas para minutos, 2 volúmenes. Alianza Editorial, Madrid 2001. 6 c/v.
Andrés Neuman, El equilibrista. Edit. El Acantilado. Barcelona 2005. 12 .
Aquí el lector no se enfrenta, como sucede con lecturas de larga distancia, a un proceso temporal en el que, en determinadas secuencias, vamos procesando una gran cantidad de información acumulada en el proceso lector, caso de la novela o el ensayo. Esta clase de textos está más próxima a los esquemas de la lírica, dada la asociación entre intensidad y brevedad, en algunos casos, incluso, de alto contenido emocional formulado en un complejo esquema intelectual que el lector debe procesar hasta alcanzar el nivel de pensamiento del autor, por lo que también participan de las características especulativas propias del ensayo.
Estos microtextos, a los que podemos llamar también aforismos, o, si lo prefieren textículos, empleando una expresión menos convencional con cierta carga humorística, no exigen del lector una lectura secuenciada en las coordenadas del espacio libro, pues no hay implícito un orden de lectura como tal, en principio, aunque todos ellos vengan a conformar, en un orden superior, una cierta visión del pensamiento del escritor.
La lectura de libros como los que les cito más abajo puede deparar al lector auténticos minutos de reflexión, emoción, felicidad o inquietud. Mucho para los tiempos que corren.
Y si empezábamos con Hermann Hesse, terminemos con un pensamiento suyo: La lectura disipada e irreflexiva es como un paseo por un paisaje hermoso con los ojos vendados.
Quitémonos la venda y paseemos por estos paisajes
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Hermann Hesse, Lecturas para minutos, 2 volúmenes. Alianza Editorial, Madrid 2001. 6 c/v.
Andrés Neuman, El equilibrista. Edit. El Acantilado. Barcelona 2005. 12 .
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noesmivida -
Gatito viejo -
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