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Leyendo a la sombra

Mujeres en el Lager (II)

Mujeres en el Lager (II)

Había llegado el momento temible que considerábamos que podía llegar desde hacía ya muchos años y que habíamos discutido con los amigos un centenar de veces, sin creer seriamente que se aproximaba. Durante ocho años el nacionalsocialismo se había hinchado como un fantasma, cada vez más. En nuestros viajes a Alemania, veíamos cómo echaba a perder a la gente, la atontaba, la engañaba con un falso socialismo aparente; y cómo el loco antisemitismo segaba implacable la vida de miles de alemanes, tan buenos alemanes como todos los demás, sólo porque, según la nueva locura, no eran “arios”. (pag. 14)

 A ese fantasma sobrevivió Helene Holzman, una mujer de origen alemán descendiente de judíos, culta, liberal, pintora de renombre y profesora de dibujo, que vivía en la ciudad lituana de Kaunas. Estaba casada con Max Holzman, librero, alemán, también de origen judío. Ambos habían adquirido la nacionalidad lituana en 1936.

 Según la nomenclatura nazi Max era judío “pleno”, como hijo de dos padres judíos. Helene era “medio judía”, pues era hija de padre judío y madre no judía, pero fue considerada alemana por las autoridades del Reich y las lituanas; además, estaba bautizada como evangélica. El matrimonio se había trasladado junto con sus dos hijas, Marie y Margarete, a Kaunas, donde Max regentaba una librería. En el año 33 el antisemitismo prendió entre los alemanes afincados allí y Max, que hasta ese momento era considerado un alemán más, ahora deja de serlo, y es tenido por judío.

 Al atardecer del día 24 de junio de 1944, Kaunas fue tomada por el ejército alemán, pero antes de que llegaran los soldados alemanes, los partisanos habían recibido ya órdenes antisemitas y organizaron los primeros progromos. Muchos de los judíos que trataron de huir en esos días fueron detenidos por los partisanos. El día 25 son detenidos Max y Marie, la hija mayor. Marie es liberada, pero el librero es fusilado al día siguiente.

 Marie, una pacifista convencida, miembro del Komsomol, que incluso hablaba con los soldados alemanes con el propósito de convencerlos de lo inútil de la guerra, fue detenida el 4 de agosto. Su madre, como ya había hecho con ocasión de la detención de su marido, inicia un peregrinaje por despachos de policía, abogados, amigos y funcionarios que resulta inútil. Los amigos la aconsejan huir, salir de allí inmediatamente, que ella y su hija pequeña se pongan a salvo. Marie es asesinada en diciembre, en lo que se conoce como “la gran acción”, que supuso la muerte de 10.000 judíos de Kaunas. Mientras tanto, el ejército alemán penetraba hacia el interior de Rusia con paso victorioso.

 A partir de este momento a Helene solo le guía una idea fija: salvar a su hija, esa obsesión daría título a estos tres cuadernos publicados ahora y redactados en 1944 en una prosa concisa, distanciada de todo sentimentalismo, casi como un frío informe académico o un acta notarial:

 En el gueto reinaba una relativa calma. Ya no se producían grandes carnicerías. Comparada con las lamentables condiciones de vida, la situación sanitaria no era mala, la mortalidad, baja. Se veía que lo que había quedado era realmente una selección natural: hombres y mujeres duros, y cuanto más duras las condiciones, tanto más fanática era su voluntad de vivir, su fuerza para superar todos los peligros (pág. 189).

 Helene y Margarete abandonan su casa y se refugian en la humilde cabaña de dos mujeres rusas, a las que llaman las Natachas. En esa cabaña estas mujeres se organizan para ayudar a los judíos del gueto en todo lo que les era posible, incluso ayudándoles a escapar y esconderse, y todo ello corriendo un tremendo riesgo:

 Nosotros nos habíamos propuesto no recoger en casa a nadie más, porque durante las visitas diurnas a las brigadas podíamos sufrir fácilmente un registro. Pero las semanas con Mositchen, que habían transcurrido tan felizmente, nos dieron valor para seguir arriesgándonos (pág. 253).

 Cuando en agosto de 1944 los soviéticos ocupan Kaunas, el gueto ya no existía, los alemanes lo habían destruido y trasladado sus últimos moradores a campos de concentración en Polonia. Los pocos judíos que lograron sobrevivir a esta masacre lo hicieron gracias a la ayuda de ciudadanos como estas mujeres, y otros muchos como ella que desinteresadamente pusieron en peligro sus vidas para salvar las de otros en un acto de generosidad del que estas memorias dan fe.

 Helene Holzman da por finalizados sus cuadernos cuando los alemanes se han marchado: Ese día había terminado el espantoso sueño, la espantosa realidad que había destruido nuestras vidas, la vida de miles y cientos de miles de manera absurda y demente. Mirábamos confiados hacia la nueva era.

 Después de la retirada alemana de Lituania, Helene Holzman dio clases de alemán en la universidad de Kaunas. Después de abandonar la universidad dio clases de alemán en la escuela de música de esta ciudad. En 1965 las autoridades soviéticas le conceden a ella y a su hija permiso para viajar a la República Federal de Alemania. En 1967 vistan Israel. El 25 de agosto de 1968 muere en un accidente de automóvil en la ciudad alemana de Giessen.

 Había empezado a escribir el lunes 25 de septiembre de 1944, con cincuenta y tres años, a lápiz. Termina su relato el 1 de agosto de 1945. Estos cuadernos estuvieron en manos de su hija Margarete hasta que el escritor y traductor Reinhard Kaiser contactó con esta durante la investigación para otro libro y ambos se decidieron a publicarlos. La obra fue merecedora del premio Geschwister-Scholl porque “en su calidad de testimonio  individual impresionante y profundo bien merecía figurar junto a los diarios de Ana Frank y Victor Klemperer.

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Helene Holzman. Esta niña debe vivir. Tres cuadernos 1941-1944. Traducción de Carlos Fortea. Edit. Galaxia Gutenberg/Círculo de lectores. Barcelona 2005. 396 páginas. 18.90 €.

2 comentarios

el Castor -

Creo que hay que valorar el interés que muestras por estos temas. Una precisión si me permites: no existe la condición de "medio judío". Se es judío o no se es. Si la madre no era judía Helene tampoco lo era. La transmisión es sólo vía materna. Un saludo.

Shangri-La -

En fecha 2 de octubre de 2006, zarpó de puerto desconocido una embarcación sin bandera que la identifique: SHANGRI-LA. DERIVAS Y FICCIONES APARTE.