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Leyendo a la sombra

Mujeres en el Lager (y III)

Mujeres en el Lager (y III)

   Margarete Buber-Neumann es tal vez una de las víctimas más representativas del totalitarismo del siglo XX, pues fue testigo del horror de la persecución de la NKVD (la policía estatal soviética similar a la Gestapo alemana), de las cárceles estalinistas, de los campos de concentración de Siberia y del campo alemán de Ravensbrück. Fueron en total ocho largos años los que esta mujer pasó en el sistema concentracionario tanto soviético como nazi.

 Heinz Neumann, el marido de Margarete, fue detenido la noche del 27 al 28 de abril de 1937 en la habitación del Lux, el hotel en el que residían en Moscú. Neumann era un dirigente del PC alemán que incluso llegó a gozar de la confianza de Stalin. Hablaba ruso a la perfección y se había exiliado junto con Margarete a la Unión Soviética cuando Hitler alcanzó el poder. Pero Neumann era un intelectual, un hombre que leía y pensaba más allá de las consignas del Partido. No tardó en caer en desgracia, y lo inevitable sucedió. Así refiere su mujer su detención en las primeras páginas:

 Era aproximadamente la una de la madrugada cuando golpearon violentamente la puerta de nuestra habitación. Salté de la cama y encendí la luz. Los golpes se repetían en la puerta:

 —Heinz, por el amor de Dios, ¡despiértate!

 Sonrió y se volvió del otro lado.

Temblaba al abrir la puerta. En el umbral había tres agentes de la policía soviética, con el director del Lux. Sus órdenes no llegaban a mi cerebro; sólo retumbaban en mi oído y me dolían como martillazos. Me falló la voz.

 Nuestra habitación fue poseída por el crujido de las botas. Rodearon el lecho del delincuente, apaciblemente dormido. Pero la voz de “¡Neumann, levántese!” le hizo despertar sobresaltado.

 —¿Tiene usted armas?

 Su cara conservó durante unos segundos aquella expresión de horror casi infantil, para adquirir enseguida una palidez mortal, una vez decidido a luchar por la vida:

 ¡Protesto contra esta detención!

 —Le queda mucho tiempo para protestar.

 La irónica respuesta provenía del natschalnik del grupo. Las gafas sin montura que llevaba le hacían parecer un intelectual.

 “¡Vístase!”, ordenó a continuación. Se acercó después a la ventana u corrió cuidadosamente las cortinas. El director del hotel, Gurewitsch, se sentó en una butaca con las piernas extendidas mientras los otros tres comenzaban el registro de la habitación.

 Neumann fue fusilado, acosado de troskista y de conspirar contra la Revolución. Varios meses después fue detenida Margarete y comenzó su peregrinaje por las prisiones y los campos de trabajo soviéticos a lo largo de dos años. Llegó a estar a las puertas de la muerte pero logró sobrevivir.

 Liberada por los rusos, fue entregada a la Gestapo y llevada al campo de concentración de Ravensbrück, en donde permanecería hasta 1945. Allí trabó amistad con Milena Jesenká, la enamorada de Kafka y destinataria de las Cartas a Milena. Ambas planearon escribir un libro en que se refirieran las atrocidades de los regímenes totalitarios comunista y nazi. Milena murió en 1944 y Margarete escribió este magnífico libro, uno de los documentos memorialísticos más importantes del siglo XX que hace que su sufrimiento no fuera en vano. Su rememoración nos trae a personas concretas, seres humanos de diversa condición, que desde su crueldad o sufrimiento nos recuerdan lo que fue una parte del siglo XX que nos parece cada vez más lejana pero que sigue estando ahí.

 En el recuerdo está el sentido, lo que da la verdadera dimensión a aquello que parece que nunca sucedió.

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Margarete Buber-Neumann, Prisionera de Stalin y de Hitler. Prólogo de antonio Muñoz Molina. Edit. Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Barcelona 2005. 512 páginas. 19 €.

5 comentarios

Portorosa -

No te había leído esto.
Vuelves una vez más al tema de los totalitarismos y su represión, que está claro que te toca muy adentro.

Como han dicho más arriba, es escalofriante. Escalofriante.

Y no han cambiado tanto las cosas, ¿verdad?

Un abrazo.

el Castor -

Otra triste historia pero que muestra a su vez un enorme valor y coraje. Te felicito. Saludos.

Meritxell -

Otra recomendación que tendré en cuenta. Ya en Sefarad, de Muñoz Molina se cuenta la triste historia de esa escritora y me interesó mucho cuando la leí. Qué casualidad que coincidiera con Milena y qué lástima que esta no llegara a sobrevivir; cuántos secretos de Kafka nos hubiera desvelado y que se han perdido para siempre.

Un abrazo.

F -

He llegado hasta aquí pinchando en enlaces varios. Me ha sorprendido mucho la calidad del blog. Llevo ya cerca de una hora leyendo los comentarios antiguos. Saludos y enhorabuena. Espero que continúe publicando comentarios.

Sólo he leído a Primo Levi y Semprún referente a este tema. La verdad es que no conocía la existencia de los escritos de estas mujeres. Me anoto un par de libro que, a tenor de los comentarios expuestos, serán de mi interés

isabelbarcelo -

Escalofriante. La capacidad del hombre para hacer daño a los demás no tiene límite. Saludos cordiales.